Temporada complicada para la Unión Deportiva Las Palmas. Todo pintaba muy bien allá por el mes de agosto. Al menos así se vendió desde el club de la capital grancanaria. Y realmente había motivos para que se sacara pecho, para la ilusión. La plantilla que se confeccionó en verano, con Vitolo como refuerzo estrella (hasta enero), casi obligaba a pensar en retos más ambiciosos que la permanencia.
Pero nada más lejos de la realidad. Desde el inicio del curso nada cuajó, prácticamente todo salió al revés. Los resultados no fueron los deseados y el descenso se convirtió en la zona habitual del conjunto amarillo. Eso pesó mucho a Manolo Márquez, que tras seis jornadas presentó su dimisión. El remedio fue peor que la enfermedad. La llegada de Pako Ayestarán no sirvió de revulsivo. Con el guipuzcoano el equipo ‘pío-pío’ no fue capaz de lograr ni un solo triunfo en al campeonato doméstico. Tan solo una alegría en la Copa que a la postre de poco sirvió.
Dos meses más tarde, nuevo movimiento en el banquillo. Aunque este de forma fugaz ya que el interino Paquito Ortiz tomó el mando hasta que la dirección deportiva buscara al nuevo patrón del barco amarillo. En plenas fiestas navideñas llegó Paco Jémez, y con él, una revolución. El extécnico de Cruz Azul dejó claras sus necesidades y sus preferencias desde el primer instante, y la entidad atendió sus peticiones. Incluyendo la salida del máximo goleador del equipo, Löic Remy, por unos problemas de disciplina, pero sobre todo con la llegada de jugadores sin gran nombre, de equipo, como Peñalba, Gálvez, Aguirregaray o Etebo.
Tuvo su efecto durante las primeras semanas. Las Palmas daba la sensación de ser un equipo. Y eso ya era todo un logro teniendo en cuenta de donde venía. Esa competitividad se tradujo en puntos, pero no los suficientes para salir de la quema. Y opciones tuvo, sobre todo por los continuos tropiezos de sus rivales directos: Deportivo de La Coruña y Levante. No ha sabido aprovechar las ocasiones, y ahora se encuentra a seis puntos de la deseada 17ª posición. Teniendo en cuenta la baja puntuación de los equipos de la zona baja, parece una distancia importante.
A lo que se agarra el equipo de Jémez es al calendario. Aunque el rival más cercano es el Real Madrid, Las Palmas ya no tendrá que enfrentarse a ninguno de los denominados ‘grandes’ de aquí a la jornada 38. Además, aún queda un duelo directo ante el Levante. Justo después del duelo ante el conjunto blanco. Oportunidad ideal para recortar distancias al cuadro granota y agarrarse con fuerza a la pelea por la permanencia y no soltarla hasta el último momento.