El nuevo rostro de la selección española: ¿qué cambió con Luis Enrique?

La actuación de la selección española en la última Copa del Mundo no ha estado a la altura de las expectativas: la Roja llegó en la lista de series candidatas y se fue eliminada en segunda ronda luego de una pobre campaña. Ese resultado dejó en evidencia la necesidad de una renovación que, aunque para muchos llegó tarde, se está materializando en la actualidad, bajo el mando de Luis Enrique. En este artículo analizaremos cuáles son las claves de la nueva conducción, qué cambió tras el cierre del ciclo Julen Lopetegui y qué le falta en un proceso que recién comienza pero que ya ha dado buenas señales, sobre todo si se tiene en cuenta que la mira está puesta en la Eurocopa 2020 y el Mundial de Qatar 2022.

Rusia 2018, un compendio de problemas que llevaron al fracaso

Dentro de los hechos de público conocimiento, la principal herida que sufrió la selección española en el último Mundial fue el cambio de entrenador a última hora; Real Madrid anunció a Lopetegui como su próximo míster a nada del debut de la Roja ante Portugal, y la decisión de la Federación fue la de prescindir de sus servicios, dejando a la plantilla acéfala y con Fernando Hierro cogiendo las riendas hasta que pasara el temblor.

Otro caso que estuvo en boca de todos fue el de David De Gea y su rendimiento. Antes del Mundial nadie dudaba de las capacidades ya que en el Manchester United muestra muy buenos resultados, pero en la cita rusa consiguió parar tan solo 1 de 13 disparos. De un total de 7 tiros a puerta, seis terminaron entrando y otros seis fueron bloqueados por otros jugadores del equipo.

Este Mundial, además, ha sido el último para varios de los grandes jugadores españoles, como Gerard Piqué (31 años), David Silva (32) y Andrés Iniesta (34), un hecho que hecho obliga al cambio urgente del armazón del equipo.

Luis Enrique fue un soplo de aire fresco

El nuevo entrenador comenzó a trabajar en ciertos aspectos que determinaron el cambio de imagen de la selección, y en tan sólo cuatro partidos ya ha mostrado una dinámica totalmente diferente en el juego de la selección española, que ha vuelto a arrancar aplausos y los cánticos de ¡Olé! desde las gradas.

La nueva cara de la Roja ha quedado de manifiesto gracias a su desempeño en la Liga de Naciones de la UEFA, ya que se encuentra como líder del Grupo 4 de la División A, con un total de 6 puntos en tres presentaciones; fue debut con victoria en la primera jornada, en su visita a Inglaterra (1 – 2), seguida de una goleada monumental ante el subcampeón del mundo, Croacia (6 – 0), y una derrota como local nuevamente ante Inglaterra (2 – 3).

Las claves del nuevo rostro español

El cambio de la Selección no se limita a sus números, sino que pasa por una serie de decisiones tomadas por el místerque permitieron una mejora significativa de los circuitos de juego. En primer lugar, modificó el sistema táctico, ya que a diferencia de Lopetegui, quien utilizaba un esquema 4 – 3 – 2 – 1, Luis Enrique siempre ha preferido un esquema 4 – 3 – 3, el cual utilizó tanto en el Celta como en la Roma y, por supuesto, en el Barcelona. Este esquema le ha permitido mostrar un dominio superior sobre el rival, y mantener un ritmo de juego dinámico con un umbral mayor de presión al que venía presentando la selección en la etapa anterior.

Es cierto que mantuvo la identidad que ha caracterizado en los últimos años al equipo español, que no es otro que proteger y mantener el balón para dominar el partido; a ello, sin embargo, logró añadirle profundidad de juego y mayor poder ofensivo, contrario a lo presentado con el entrenador anterior, donde había mucho toque sin contenido.

En tercer lugar, aplicó una fórmula muy clara, ubicando a Sergio Ramos como el pilar sobre el cual construyó la línea defensiva, para continuar apoyándose en Sergio Busquets como pivote innegociable. Seguidamente, Saúl brinda el soporte en el medio campo y desempeña un rol protagonista en la generación de juego, lo cual combina tanto con la incorporación de nuevas variantes en la creación en el medio sector como con el dinamismo de nuevos actores como Rodrigo, Marco Asensio, Dani Carvajal o Isco.

Todo esto le ha permitido obtener mayor eficacia ofensiva, y tras cuatro partidos con Luis Enrique, España suma ya 14 dianas: cuatro ante Inglaterra (dos en Wembley y otros tantos en el Benito Villamarín), seis a Croacia en Elche y cuatro más contra Gales en Cardiff. El olfato goleador no se ha perdido.

Las asignaturas pendientes

Sin embargo, nada es perfecto, y España aún presenta falencias que deben ser corregidas. Por un lado, aún no encuentra un sustituto para Piqué que pueda servir de pareja de central con Sergio Ramos, a pesar de haber ensayado con seis jugadores: Marc Bartra, Nacho, Raúl Albiol, Íñigo Martínez, Diego Llorente y Mario Hermoso. Por otro, las dudas y las fallas en los laterales izquierdo y derecho han sido recurrentes, y el entrenador aún no ha podido encontrar los sustitutos adecuados para Jordi Alba y Carvajal, que han vuelto a la Selección para fortalecer esa zona de juego y, cuando no están, esos espacios se convierten en verdaderas lagunas.

Optimismo

Aún queda mucho camino por recorrer para llegar a la Eurocopa 2020 y la clasificación al próximo Mundial, pero Luis Enrique ha estado dando fuertes señales de trabajar hacia el fortalecimiento de la selección y la corrección de los errores que causaron su debacle. Solo queda esperar que el trabajo rinda sus frutos para que España continúe en la senda de alzar nuevamente una copa.

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