Un formato exclusivo y cerrado que enfrente a los clubs más grandes del continente en una competición sin precedentes: ese es, a grandes rasgos, el objetivo de la Superliga Europea, un polémico proyecto que tuvo el aval de pesos pesados pero qué también ha sido muy resistido por la comunidad del fútbol.
En este artículo de bwin exploraremos el surgimiento de la idea, las reacciones y toda la actualidad sobre el proyecto de Superliga Europea de fútbol.
Cuándo nació el proyecto de la Superliga Europea
La Superliga Europea fue anunciada en abril de 2021 por un grupo de clubes de élite de España, Inglaterra e Italia, incluidos Real Madrid, Barcelona, Manchester United y Juventus, entre otros. La idea era fundar una liga cerrada de 20 equipos que competirían entre sí en lugar de participar, por ejemplo en Champions League de la UEFA.
Cuáles fueron los 12 clubes que fundaron la Superliga Europea:
- AC Milan
- Arsenal
- Atlético de Madrid
- Chelsea
- Barcelona
- Inter de Milán
- Juventus
- Liverpool
- Manchester City
- Manchester United
- Real Madrid
- Tottenham Hotspur
Con la excepción de Barcelona y Real Madrid, todos, en un momento u otro, acabaron retirándole el apoyo al proyecto: Atlético de Madrid, todos los ingleses e Inter de Milán lo hicieron el 21 de abril de 2021, apenas horas después del anuncio de creación del proyecto, mientras que la Juventus abandonó la idea el 6 de junio de 2023.
Quiénes podían jugar la Superliga Europea original: primer formato de competición y detalles
Con algunos ribetes que recuerdan a formatos aplicados en Estados Unidos, como en la NBA, la NFL o, volviendo al fútbol, la propia MLS, el sistema de competición era muy claro: las 20 plazas de la Superliga Europea estarían ocupadas cada temporada por los 12 clubs fundadores, tres invitados especiales y cinco equipos que ganarían el derecho a participar ese año mediante un sistema de clasificación.
Tal como sucede hoy, la temporada de la Superliga Europea apuntaba a comenzar en agosto, y en una primera etapa formaría dos grupos de 10 equipos cada uno, que se enfrentarían en formato de liga de dos rondas, de ida y vuelta, para definir quiénes accederían a la siguiente fase.
Los tres primeros de cada grupo conseguirían su pase sin escalas a los cuartos de final, mientras que los cuartos y quintos deberían enfrentarse en un Play-off para determinar quién accede a una plaza adicional. A partir de allí, instancias de ida y vuelta a eliminación directa hasta llegar a la gran final, a partido único y en una sede neutral, como sucede hoy, por ejemplo, con competiciones como la Champions League.
Reacciones ante la noticia de la Superliga Europea
El proyecto no tardó en encontrar voces opositoras, como era de suponerse: incluso desde antes del anuncio oficial, la FIFA y las seis confederaciones de fútbol del mundo se opusieron a cualquier proyecto que tuviera esas características, y fueron tajantes: quien participara, sea jugador o club, sería expulsado de la liga local y de cualquier competencia internacional que gire bajo alguna de sus órbitas.
Aunque esa amenaza no llego a amedrentar y cancelar el proyecto, tras la oficialización del mismo de la mano de los clubs involucrados en su fundación la UEFA no tardó en hacerse escuchar y volvió a demostrarse firme, esta vez con el apoyo de primeros ministros de peso en el continente.
Actualidad y noticias de la Superliga Europea
Tras algunos años de idas y vueltas incluso a través de la Justicia, hoy la Superliga se encuentra en una posición compleja. A22 Sports Management, la promotora del torneo, volvió a cobrar impulso en las últimas semanas a partir de que el Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TJUE) emitiera un dictamen en el que habló de “abuso de poder dominante” por parte de la UEFA y la FIFA en el conflicto, entendiendo que la prohibición va en contra de las leyes de la Unión Europea.
Para el TJUE, las competiciones son “evidentemente actividades económicas y deben cumplir con las normas de competencia y respetar las libertades de circulación, aunque la actividad económica del deporte tiene ciertas características específicas, como la existencia de asociaciones que tienen ciertos poderes regulatorios y de control y el poder de imponer sanciones».
Eso, sin embargo, no cambió demasiado las posturas: las principales ligas del mundo, incluida LaLiga, mantuvieron su postura inalterable de rechazar plenamente esta nueva competición, con el apoyo de los Estados miembros de la Unión Europea, a excepción de España.
Nuevo formato de Superliga
Ante el dictamen del TJUE, A22 no demoró y reflotó la idea volviendo a comunicar su nuevo formato de competición en carpeta: 64 participantes divididos en tres grupos o divisiones, con sistemas de ascensos y descensos basados en mérito deportivo y manteniendo el formato típicamente estadounidense de fase regular y luego una serie eliminatoria.
Todo esto sería garantizando también que los clubs puedan continuar comprometidos a sus ligas nacionales, y además se concretaría bajo la promesa de incluir partidos gratis y el impulso de una liga femenina que contribuyera a desarrollar el fútbol practicado por mujeres.
Conclusión
La historia de la Superliga Europea es un recordatorio de cómo de importante es el fútbol para Europa y su cultura. Por eso, acabe o no el proyecto de concretarse, y con las consecuencias que fueran, su mera existencia y declaración de intenciones plantea preguntas importantes sobre el futuro del fútbol europeo y el equilibrio entre la tradición y la innovación en el que claramente es el deporte más popular del mundo.
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