El Espanyol aspiraba a mucho más en LaLiga pasada pero el resultado del curso fue decepcionante. Los frutos de la inversión millonaria de Chen Yansheng no son inmediatos y para la nueva temporada toca hacer algunos reajustes.
El más importante ha sido elegir al nuevo entrenador. Quique Sánchez Flores dio carpetazo a su etapa en el Espanyol y le sustituye en el banquillo Joan Francesc Ferrer, Rubi, que dejó el Huesca después de ascenderlo a Primera División por vez primera en su historia. Un técnico ambicioso que pretende dejar su sello en la máxima división del fútbol español.
La plantilla y las metas del equipo blanquiazul serán más modestos para la LaLiga 2018-2019, pero la meta tampoco será eludir el descenso. Volver a mirar la zona noble de la tabla y no caer en los mismos errores es la filosofía de un Espanyol que registrará pocos movimientos este verano. La idea de Rubi es tirar de la cantera siempre que el equipo lo necesite.
Recuperar la ilusión
Son varios los retos que debe afrontar Rubi. Al técnico catalán le corresponde revertir el mal sabor de boca que está dejando la pretemporada entre los aficionados con la venta de Gerard Moreno o la ausencia de fichajes. El delantero era el alma mater del Espanyol. La pasada temporada anotó el 44 por ciento de los goles del Espanyol. La 2017-2018 fue una campaña gris, de fútbol y marcadores.
Las apuestas colocan al Espanyol en la undécima posición de candidatos para alzarse con el título de campeón de LaLiga la próxima temporada, pagándose a 751.00. El equipo blanquiazul está a años luz del Barcelona, el primero en las apuestas, con una cuota de 1.80. Por delante del Espanyol quedarían también equipos como el Barcelona (1.80), el Real Madrid, que se paga a 2.25, el Atlético de Madrid, que se cotiza a 13.00 o el Valencia (101.00).
El Espanyol concluyó la temporada como undécimo clasificado habiendo sido eliminado en Copa del Rey en la ronda de cuartos por el equipo que terminó alzándose con el título de campeón: el Barcelona.
