Con vistas al regreso de la Champions League nos propusimos responder una pregunta fundamental sobre el máximo certamen continental de clubes: simplemente, ¿quién es el mejor jugador?
La respuesta, como es de esperarse, variará a lo largo del tiempo con el ascenso y caída de las diferentes estrellas del certamen, por lo que diseñamos un algoritmo que nos permite calificar a cada futbolista en cualquier punto de la historia de la competición.
Mantuvimos el sistema de puntuación lo más sencillo posible: los futbolistas reciben puntos en una forma similar a los juegos de fantasía en aspectos como apariciones, victorias, goles y partidos sin encajar goles, todo esto sin dejar de tener en cuenta la posición que ocupan en el campo de juego.
Para lograr un equilibrio entre los logros del pasado y el presente, únicamente los puntos ganados en los últimos cinco años tendrán valor en la calificación final de un futbolista activo, y el valor de los puntos decrece a medida que se mira más hacia atrás. Para reforzar la noción de que las instancias decisivas son las más importantes y difíciles, los puntos obtenidos de octavos de final en adelante se duplican.