Para conmemorar la última edición en Londres de las Finales de la ATP, las cuales han venido realizándose de forma consecutiva en dicha ciudad durante los últimos 12 años, hemos analizado lo que ha sido necesario para ganar el torneo en este período y cómo esto nos ayudaría a pronosticar el resultado de la edición de este 2020.
El rendimiento en el ATP Tour
La clasificación para las finales de la ATP requiere una buena actuación en los eventos más prestigiosos del circuito para acumular los puntos necesarios para alcanzar la clasificación, aunque es de resaltar que algunos eventos parecen ofrecer una mejor preparación que otros.
El Abierto de Australia ha sido el mejor evento para pronosticar el éxito que pueden lograr los tenistas en las Finales de la ATP desde que se trasladaron al Reino Unido, alcanzando un total de cuatro de sus 11 ganadores durante este período que se adjudicaron la victoria en el O2 Arena y otros cuatro que lograron avanzar en sus grupos en el mismo año que triunfaron en el Abierto de Australia.
El triunfo de Novak Djokovic en Melbourne podría, por lo tanto, prepararlo para un sexto título de las Finales de la ATP y consolidar así su estatus como el tenista más exitoso de la era de Londres, habiendo ganado el torneo cuatro veces seguidas entre 2012 y 2015.
Por otro lado, el ganador del Abierto de Francia nunca ha levantado el trofeo de las Finales de la ATP de ese año en suelo británico. Esta es una mala noticia para el ganador de este año, Rafael Nadal, cuyo dominio sobre la arcilla aún no se ha traducido en una victoria en las Finales de la ATP.
La experiencia no lo es todo
Ganar al menos uno de los eventos de ATP Masters era un requisito hasta el año pasado cuando el debutante Stefanos Tsitsipas se convirtió en el primer campeón londinense que no se impuso en ninguno de los nueve ATP Masters que se disputaron.
La victoria del joven griego fue una sorpresa, pero no sin precedentes. Seis de los últimos ocho finalistas nunca habían llegado a esa etapa y Tsitsipas se convirtió en el cuarto nuevo campeón consecutivo.
El ganador de 2017, Grigor Dimitrov, tampoco se había clasificado nunca antes, así que el control de los jugadores experimentados sobre el torneo se ha suavizado mucho.
Mientras que los dos ganadores más recientes tenían apenas 21 años al comienzo de la final, ocho de los otros nueve campeones londinenses estaban en la veintena y el noveno acababa de cumplir 30 años.
Además, cinco de los últimos ocho fueron el jugador más joven o el segundo más joven en clasificarse para el torneo de ese año.
Si la juventud y la falta de éxito en las finales de la ATP (o incluso la experiencia) ya no son desventajas, entonces el golpe de Andrey Rublev podría ser la revelación de este año. El ruso es más joven que todos los otros finalistas, excluyendo el actual campeón Tsitsipas, y no ganó ni un solo evento de Masters.
Su falta de pedigrí en Grand Slam podría contar en su contra, con Alexander Zverev siendo el único campeón de Londres hasta la fecha que no había llegado a una semifinal a este nivel.